viernes, 19 de octubre de 2012

Jodalkis después del 7 de octubre venezolano


Este siete de octubre Jodalkis llegó del Balcón del Pueblo y se sentó en la mesa de la cocina. Sus tres hijos y ningún esposo dormían en la habitación. Ni siquiera prendió la luz: no hacía falta ver nada, las imágenes estaban dentro de su cabeza. Chávez desde Miraflores, reelecto, abrazando la bandera de Venezuela. Sus vecinos y compañeros rojos llorando, bailando, festejando. El cielo tapado de fuegos artificiales, los gritos de felicidad desde los balcones, el silencio de los escuálidos. Ganamos, pensó, ganamos otra vez.

Una frase en especial que dijo su Comandante ese día le quedó rebotando en la cabeza: “más nunca Venezuela será neoliberal, Venezuela sigue avanzando hacia el socialismo del Siglo XXI”. Socialismo y más nada, reflexionó, es la única manera de que el pueblo tenga verdadera soberanía. Se acordó de los medios que auguraban la derrota de Chávez y pronosticaban una jornada electoral violenta. Se rio: ellos, la gente de los barrios, sabían que Chávez ganaba otra vez. Somos mayoría, y elegimos a Chávez, gritó en su cabeza.

No supo si en realidad lo gritó para afuera, porque su hijo mayor de 14 años, Maikel, se despertó y se sentó en la cocina con ella. No tengo sueño mamá, le dijo. Jodalkis le sirvió jugo. Miró a los ojos oscuros de su hijo que en el fondo adivinaban cansancio, pero hacían fuerza para mantenerse despiertos. Como si Maikel no quisiera perderse un minuto de esa jornada histórica. Toda su vida la vivió bajo el mandato de Chávez, y lo seguirá haciendo hasta su juventud. Maikel va a ser un joven comido y educado.

Jodalkis tiene tos, el jueves anterior la lluvia la empapó cuando Chávez cerraba la campaña. Desde ese día no tuvo dudas de que ganaban ellos. Se acordó de los diarios diciendo que la gente fue obligada. Se acordó también de su llanto. A nadie la obligan a emocionarse cuando ve al Comandante, pensó. Sintió orgullo: ellos solos, gente común, le demostraron a los grandes medios de comunicación que se equivocan. Que no los pueden subestimar más, ellos saben lo que quieren y lo van a defender cueste lo que cueste.

Todavía se escuchaba la música de los chavistas festejando en el centro de Caracas cuando Jodalkis y Maikel, todavía en penumbras, se miraron fijo y se sonrieron cómplices. Ganar es lindo. Es lindo ganarle a la burguesía. Y ganarle bajo sus propios términos, aún mejor. El pueblo venezolano, el más humilde, usa la democracia para afirmar a un presidente socialista en el poder. Una democracia que fue planteada y siempre sirvió para que los intereses del neoliberalismo estén en el poder.

Jodalkis y Maikel se fueron a dormir. Al día siguiente otra vez al trabajo y la escuela. Por seis años más. A estos venezolanos no les costó conciliar el sueño, duermen bien tranquilos, porque saben que con Chávez su vida sigue avanzando por el camino correcto.  

Jodalkis y el 7 de octubre venezolano


Los ojos de Jodalkis igual se abrieron a las tres de la mañana. El cuerpo todavía no se le acostumbró a su nueva vida. Hace ya tres meses que vive en el centro de Caracas, en uno de los departamentos que le asignó la Misión Vivienda Venezuela después de pasar un año y medio viviendo en un refugio. Su casa en el barrio Petare se desplomó junto a otras cientos por la lluvia. Por suerte ya los habían evacuado y no sufrió la misma suerte que su prima, que hace diez años murió junto a otros miles en la tragedia de Vargas, cuando, luego de semanas de lluvia, el suelo de la montaña se convirtió en arcilla y se derrumbó llevándose barrios enteros.

Puso los pies en el suelo, por fin, firme. Llamó a su hermana Yamiléth para despertarla. Ella todavía vive en el barrio y tiene tres largas horas de viaje por delante para llegar a su trabajo. No porque Petare quede lejos del centro, de hecho queda a unas cincuenta cuadras, pero cruzar el cerro que habitan un millón de habitantes, tomarse la camionetica y el metro abarrotados de gente, le toma tres horas de su día. Tres horas de ida, y otras tres de vuelta. Igual Yamiléth está animada. Le cuenta que estuvo en el acto de Chávez en el barrio y que este les recordó sobre el teleférico que se está construyendo desde su casa hacia el metro, que reducirá su viaje a solo media hora. Y ya sabes panita que Chávez sí cumple, le dijo. Y bien que lo sabe. Cortó para preparar el ahora abundante desayuno.

Salió a la calle y se subió a la camionetica luego de que el chamo que grita los mil recorridos nombrara su destino. Escuchó en la radio que según las encuestas Chávez gana la elección presidencial del 7 de octubre con el sesenta por ciento de los votos, pero que aún así la oposición afirma que ellos van ganar. Se preocupó porque sabe perfectamente cuáles son las intenciones de esa maniobra, hasta el propio Chávez lo reconoció: instalar que va a ganar Henrique Capriles Radonski (el primer candidato en tres elecciones presidenciales que los partidos de derecha logran llevar juntos) y cuando pierda anunciar fraude. A Jodalkis más le preocupan las elecciones de diciembre, donde se votan los gobernadores de los estados. Ella, al igual que sus vecinos, no confía en ningún otro político que no sea su Comandante y no le gustan los políticos que lo rodean.

Miró por la ventanilla y vio la pancarta de Capriles, el candidato de la derecha y actual gobernador de Miranda, estado donde se encuentra Petare. Hay un camino, reza el cartel. Se rió: cuándo caminó este muchacho pa' bobo un barrio. Busca pero de los otros cinco candidatos no ve nada: la disputa está entre el Comandante y Capriles. Levantó la vista y vio el afiche de su candidato. Cuánto le gusta verlo bien, sano, en campaña de acá para allá. El último año sí fue dramático, recordó. Las ausencias de Chávez por la enfermedad la angustiaron mucho y encima en la tele se empecinaban en darlo por muerto a cada rato. Entre las bocinas, las motos y el humo su cabeza la transportó a esa misa en Barinas donde el presidente se puso a llorar mientras rezaba por su salud. El recuerdo le devolvió el nudo en la garganta. Se retorció al imaginar qué habría sido de todo lo que había conseguido con Chávez si este hubiera muerto.

La camionetica frena en Plaza Venezuela y un señor enorme se le sienta al lado, ocupando la mitad de su asiento: Me va a tener que disculpar reina mía, es que estoy rellenito. Jodalkis se ríe todo lo que le permite la lluvia, que se está metiendo por la ventanilla y la obliga a cerrarla apurada. Ahora sí que estoy fregada, palo de agua a hora pico, horas de cola, preveé. Así es en Caracas, un valle demasiado pequeño para alojar a sus cinco millones de habitantes. Los automovilistas se acomodan en sus asientos, alguno que otro saca un libro, los nenes hacen la tarea en el asiento de atrás y los apurados se comen las uñas imaginando los retos del jefe. Jodalkis apoya la cabeza en el vidrio húmedo. Por suerte el último mes de tragedias ya parece haber quedado atrás, pero no puede evitar que los acontecimientos le pasen como diapositivas, uno tras otro delante de sus ojos...

-La revuelta en las cárceles (un tema delicado por la superpoblación de las penitenciarias y por que los presos están fuertemente armados y organizados)
-La caída del puente que conecta al oriente del país (en Venezuela la infrastructura en general está muy deteriodada)
-Las inundaciones (el paso del huracan Ernesto dejó varias poblaciones efectadas en todo el país, pero gracias a que la mayoría de las zonas de riesgo ya fueron evacuadas no tuvo las consecuencias de las lluvias de 2010, que dejaron una treintena de muertos y decenas de miles de evacuados)
-La explosión en la refinería más grande de Venezuela en Punto Fijo (que se llevó la vida de alrededor de 50 personas, dejó parte de la ciudad devastada y aún no se conocen con exactitud las causas de la fuga de gas que provocó la explosión)

Se enorgulleció de su candidato, de cómo su figura, lejos de achicarse con semejantes sucesos, se engrandeció por la buena gestión que realizó. El alivio que esto le deja es rápidamente empujado por otra sensación: la incertiudembre. Por más que esté segura que su candidato va a ganar, sabe que no tiene que suestimar el poder de la derecha: la campaña, aunque viene traquila y los últimos tres años de elecciones con Chávez también lo fué, puede ponerse sucia en cualquier momento. Y ella identifica muy bien quiénes son los norteños que vuelan como buitres sobre Venezuela y ponen en riesgo el impulso que Chávez le da a una América Latina soberana...

Una tremenda sacudida y un mar de bocinazos y frenadas llegan para arrancarla de sus pensamientos: la camionetica atravesó la calle a toda velocidad como si fuese una moto y tomó otra avenida. Después de ayudar al señor gordo a recomponerse del susto notó que ya avanzaban, lento y a los tumbos, pero avanzaban. Jodalkis y su compañero de viaje mueven la cadera al ritmo de un Rubén Blades que suena bajito pero claro en la radio: "caminando, se cura la herida, caminando, que deja el ayer".

La camionetica se aleja con esfuerzo, a los bocinazos y frenazos por la avenida de la asfixiante Caracas. Venezuela avanza como la camionetica, pero firme. Y con ella se impulsa América Latina. Porque este siete de octubre se juega mucho más que unas elecciones, se juega el futuro de una Patria Grande en la que millones de Jodalkis ahora sí tienen la palabra. 

"Si se pacta esa paz va a ser tambien una victoria para las fuerzas de la izquierda"



Jorge Enrique Botero dio la primicia del inicio de la negociaciones entre las FARC y el Gobierno colombiano, que comenzarán en Oslo, Noruega, el cinco de octubre. Las primeras en diez años. Es el periodista mejor informado sobre el conflicto armado en Colombia, y escribió cuatro libros sobre el tema que fueron record en ventas. Espérame en el Cielo Capitán, Última noticias de la guerra (donde contó el caso de Clara Rojas, la prisionera embarazada de un soldado de las FARC)
Botero compartió una tarde cálida en Caracas con Nos Digital, días antes de partir a Colombia, su patria natal, para seguir desde la primera final el proceso de negociación que, espera, culminará en un pacto de paz que termine con el conflicto con hace ya seis décadas que azota el país centroamericano.

Mientras tomaba su gaseosa de naranja y sacudía su camiseta de Independiente de Santa Fe para espantar el calor, Botero afirmó que hace ya un año que se vienen dando los acercamiento en las FARC y el gobierno: "eran secretos, bajo el sigilo absoluto, no hay detalles todavia como fueron exactamente, pero estuvieron blindados de influencias negativas que pudieran tener en caso de que hubieran sido públicos, me parece que fueron construidos con mucha sabiduría". Aclaró que se dieron en medio de los más cruentos combates, algunos que llevaron a la muerte del máximo jefe de las FARC, Alfonso Cano y de la de su comandante militar el Mono Jojoy. "Detrás de sus acecamientos, estuvo el acompañamiento de personas como Fidel y Raúl Castro, Hugo Chávez y un actor muy especializado en el tema de las negociaciones de conflictos armados: Noruega, un país que en este momento sirve de mediador", ahondó el periodista antes de escuchar con atención las primeras preguntas.

¿Esta negociación llega por que hay un "empate" entre las FARC y el gobierno colombiano?

El Estado colombiano ha reconocido que es imposible la eliminicacion del adversario y a su vez la insurgencia ha aceptado que el plan que construyó con tanto ahínco durante casi cinco décadas para llegar al poder por la vía militar tampoco es posible hoy en dia. La balanza militar no está tan equilibrada como hace quince años, esta inclinada a favor de las fuerzas regulares, pero la insurgencia realizó una heroica resistencia durante diez años seguidos, que no solo impidio su exterminio si no que ademas le permitio renovarse en la táctica y la estrategia militar, y ser capaz de contener la enorme ofensiva que se vino contra ellos: que tenía 500 mil miembros de la fuera pública, más de 10 mil millones de dólares de apoyo norteamericano, más de mil asesores militares gringos en colombia, contratistas nortemericanos veteranos de guerras antiguas, y una asignacion presupuestal por parte del estado que superaba seis puntos del PBI colombiano. Una nueva generacion de comandantes guerrilleros y un gobierno que logró salirse de la correintes ultra derechistas que predominó en los ultimos gobiernos de Colombia, han conseguido firmar el pacto, dar inicio a negociacines formales que se iniciaran en Oslo y terminarán en La Habana, con el firme proposito de las partes de no levantarse de la mesa hasta no obtener o suscribir un pacto de paz que le ponga fin a casi seis décadas de conflicto.

¿Cómo esta negociación puede generar confianza después de la masacre de Unión Patriótica? (donde )

Yo creo que seria impresentable ante el mundo que el gobierno y el estableciiento fueran incapaces de garantizar hoy en dia que una fuerza politica surgida de unos acuerdos de paz no pueda ejercer con todos sus derechos el ejercicio legal en el ambito de la politica, si ello llegase a suceder, colombia tendria que se considerado un estado fallido por la comu. internac, quedaria en el mas absoluto aisalmiento en el nivel internacional, correria con terribles consecuencias en sus relaciones internacionales, seria la propia comunidad internac, con todos sus org. la que obligaria, incluso esa misma comun. internac. legitimaria, si ello se llegara a repetir, el derecho a la insurgencia armada y a la revolución. Si tu me preguntas a mi, periodista que hace veintitantos años que cubre solo el tema de la guerra, la paz y la política que ha estado muy cerca en materia de paz y guerra te diria que eso no va a volver a suceder, no puede volver a suceder.

¿No volvería a suceder porque el gobierno colombiano no lo haría o por la fuerza de la comunidad internacional?

No volveria a suceder porque fue un experimiento puesto en marcha por fuerzas absolutamente retrogradas, oscuras, que a mi modo de ver hoy en dia tienen un peso politico muy reducido dentro de la realidad nacional, no quiero menospreciar el poder de la derecha, se que van a intentar por todos los medios obstaculizar un proceso de paz, y más que eso van a tratar de obstaculzar la exstencia de una paz dudradera si es que se llega a firmar, pero pienso que asi como el estado fue complice durante muchos años de las fuerzas armadas de la derecha, de los grupos paramilitares, de los escuadrones de la muerte, tiene tambien hoy en dia no solo la suficiente informacion de inteligencia si no tambien la capacidad de ponerle punto final a esa maquina de muerte que azoro mas que nada a los campos de colombia y mas que eso cuenta con la voluntad politica de un sector muy garde de lo que podriamos llamar el establecimiento tradicionald e colombia, que en una actitud que yo incluso calificaria de pragmatica ha entendido que no puede el pais segur desgastandose en la prolongacion de este conflcito hasta quien sabe cuándo.

Botero hizo una pausa para que el ruido que sale del estéreo de un auto desaparezca y no intervenga con la grabación. Mientas seguía con los ojos el recorrido del bólido sonoro agregó: "Hasta ahora no he visto una sola voz discorandte en el escenario internac. ni ese poder que tanto daño a la patria de colombia y que tanto atizo los tambores de la guerra: el poder mediatico que desvirtuo totalmente nuestra realidad a lo largo de decadas hoy siendo ellos como son titeres o ventrilocuos de los grandes poderes economicos han expresado su apoyo con estas negocioaciones en marcha".
Hablando de poderes que hacen daño, el escritor contó sobre lo que parece ser una buena noticia: en el documento escrito que las partes firmaron y ya está circulando, un párrafo establece el compromiso del gobierno colombiano sobre el desmontaje de lo que queda del paramilitarismo, eso supone que seran las misma fuerzas militares las que se encarguen de golpear al paramilitarismo que siga presente.

Por un momento los árboles de la verde Caracas se reflejan en los ojos del colombiano y recuerdan a la selva espesa que habita las FARC. Él, que mediante sus libros narró el amor, el nacimiento y el coraje en medio de la guerra, es el más indicado para hablar sobre la vida en los campamentos de las fuerzas revolucionarias: "Yo no dejo de maravillarme con la capacidad de movilidad que tiene las farc y de ir construyendo en su eterno andar en la selva y en la montaña, pequeñas aldeas, que son contruidas sobre la base del esfuerzo conjunto, es una de las actividades tipicamente solidadarias donde todo el mundo hace el papel de todo el mundo y las cosas confluyen mediante el esfuerzo colectivo, y son lugares donde encuentras en medio de la precariedad unas condicones de vida muy soportables". Sus ojos marrones, pero también verdes por el reflejo, brillan más que nunca en toda la entrevista y la sonrisa se le asoma cada vez más por la comisura de los labios a medida que avanza con la descripción: "Todo lo que hacen lo hacen con los que le da la naturaleza, es increíble. No puedo olvidar la frase de una prsona que llego alla por primera vez, y saliendo em dijo esta es la forma ideal de sociedad, en terminos de armonía. Hay una disciplina muy ferrea, hay una estructura de mando muy establecida, la disciplina de mando militar pior supuesto, y su rutina es dura, se levantan muy temprano, trabajan todo el dia, todo el dia evitando el peigro o detencando a su enemigo, planeando atacar, una vida azarosa desde el punto de vista de la seguridad, no es una vida placida o tranquila. Eso quizas hace que ellos sean tan unidos, en la atmosfera se siente una calidez, una cosa colectiva, por supuesto hay las mismas pobrezas humanas y grandezas humanas que hay en cualquier grupo social y hay celos y pasiones y pequeñas telenovelas circulando todo el tiempo en el ambiente, pero tambien es un sitio de crecimiento individual de las personas, los joeves sin saber leer ni escribir aprenden, en ese mundo, entre las armas y el rigos militar y la disciplina, van crecindo como seres humanos".

¿Quiénes son ellos, las FARC?

Son basicamente jovenes colombianos, tempranas edades, que viven en situaciones extremas en el campo, cuyo futuro es absolutamente borrroso por no decir negro, buena parte de las chicas lo hacen quizas obeservando el destino de sus hermanas, de sus propias madres, dedicadas a la postitución. Los muchachos tienen el horizonte de expectativa de vida muy reducidos primero porque su acceso a la eduacion ha sido nulo y segundo porque las fuentes de trabajo son muy escasas, optan o han tenido el dilema de ser raspachines (recolectores de hoja de coca), eso diria que son un 65 por ciento de la gente que ingresa o compone las Farc. El resto provienen de las zonas urbanas, son muchachos que han tenido mucho mas acceso a la educacion, en su gran maoria jovenes que ejercieron la politica legalmente, casi todos de Juventud Comunista, que han visto caer compañeros o han sido vistimas de amenazs y que tuvieron que huir y deciden no renunciar a sus convicciones y ante la imposibilidad de hacerlo publicamente toman el camino de las armas. Un porcentaje muy reducido, pero importante, por su valor simbolico, proviene de otros paises, tenemos la historia aun por contar de un oven arg. que llego hace ya diez años, la famosa holandesa, jovenes de otros paises europes, de paises latinoamericas. Hay un fenomeno muy curioso que es que muchos ingresan detras de su padres, incluso casos de jovenes que siguen a sus abuelos, es una caractirizatica bien especial que no es muy comun en otras fuerzas, quizas por lo extendida que fue la guerrilla en el tiempo, varias generaciones de una misma familia han terminado en las filas. Es por ellos que las FARC se mantienen, y ademas la principal razon porqe tienen uan base social importante. Colombia es una pais de 1 millon 200 mil km cuadrados, toda la densidad demografica esta concentrada en la zona andina y tirando hacia las costas, una porcion gigante del terreno nacional es muy poco densamente poblada pero ademas totalmente abadonanda por el estado. Esas son regiones donde viven millones de personas. Y atmbien zonas de influencia antiquisimas ubicadas en zonas entrategicas de donde no ahn podido sacarlos, justamente porque cuentan con un vinculo historico, con raices muy profundas. Te pones a andar zonas emblematicas de presencia revolucionaria, comunista de hace decadas, y sin familias que han heredado toda la formacion y la ideologia de sus fundadores en medio de luchas muy fuertes por la tierra, por la posibilidad de hacer crecer sus fincas. El estado colombiano tambien tuvo en cuenta eso, darse cuenta que alli hay gente, que eso no es extingible porque esta muy profundamente arraigado.


¿Qué significaría para la oligarquía e izquierda latinoamericana respectivamente el cese del conflicto armado?

Debe haber sectores de la derecha de este continente muy consternados, por lo que se ha anunciado en colombia, Hya muchos sectoes que le han apostado a una guerra eterna en la que se permite todo tipo de jugadas oscuras. La oligarquia venezolana debe estar mur preocupada, poruqe merced a la existencia del conflcito han podido movilizar tropas desestabilizadores de paramilitarismo en buena parte de los 1500 km de frontera, con el pretexto del conflicto armado en territorio venezolano, han prendido campañas de acusaciones muy fuertes contra chavez sobre la supuesta presencia de farc en venezuela, gracias a la existencia del conflcito han emergido a la escena poliitica personajes que a la derecha deslumbran mucho, estilo uribe, piñeira, gente nardecia y beligerante, iconos del pensamiento de estas fuerzas politicas. Esa ultraderecha siempre ha sido encarnada en figuras como mussolinni hitler, y cuando irrumpen en la escena enarbolando la misma badera obteienen un auditoria sorprendentemente grande, entonces to creo que una apz le es incomoda a los intereses de vastos sectores del espectro politico latinoamericano, seguramente tambien les resulte incomodo a todos aquellos, que no son pocos, que se estaban enriqueciendo con la exitencia del conflicto proque tenian ingerencia en cuanto a la venta de armas, como aquellos que se lucraban del hecho de como que pais estaba en conflicto y sus inversiones eran de alto riesgo la recompensa que obtenian sus inveriones eran mucho mas altas que en otro paises, que existe una cierta calma politica. desaparecido el conflcito las condiciones de los inversionistas seran sustancialmente mas favorables en el pais, y lo que se avecina desde el punto de vista economico es muy esperanzador desde el punto devista de su desarrollo, de darle rienda suelta a toda la creatividad y a ese espiritu tan emprendedor que tienen los colobianos cuando de trabajo se trata. La derecha tiene que estar consternada. Para la izquierda es una formidable noticia, tiene que estar celebrando esta posbilidad, no creo que sea la hora todavia pero si creo que el escenario para el exito de una propuesta de izquierda en colombia se abre maravillosamente, sera un escenario en el que se va a poder demostrar todo la fuerza acumulada a lo largo de estos años, y van a poder brotar y surgir toda la cantidad de experiencia organizativa y de fuerzas politicas que ahn tenido que resguardarse para evitar el aiquilamiento, croe que la ezquierda tiene que estar muy contenta, y creo que si se pacta esa paz va a ser tambien una victoria para las fuerzas de la izquierda. 

viernes, 17 de febrero de 2012

Crónica de mi barrio


Contrastes


Almagro es un barrio de edificios. Y cada vez más. Hay en construcción alrededor de treinta. Sin embargo, todavía sobreviven pequeños oasis de casas bajas, donde la urbe se relaja y Almagro deja de ser parte del inhóspito centro porteño, para convertirse en un barrio más hogareño. Por eso es indispensable, para comprender mejor su esencia, dividirlo en dos: Almagro “Centro” y Almagro “Oasis”.


Por el este se le cuela un poco de Once, con su desidia nocturna y sus calles con construcciones pero sin hogares. Por el sur y el oeste se le asoman Caballito y Boedo, compartiendo sus casas bajas. Por el norte lo empuja Palermo, con sus inmobiliarias que no dudan en mentirle a sus clientes y robar pedacitos de barrios ajenos para cotizar más alto sus ventas. Y por el centro, como las grietas que dejan los terremotos, lo atraviesa la vía del tren Sarmiento. Los vagones circulan a siete metros bajo la tierra, pero a cielo abierto. Por eso es el barrio con más puentes de Capital Federal. La diversión por excelencia de los nenes y padres está en esperar en el puente a que pase el tren por abajo y decirle chau. A veces los maquinistas están de humor y tocan la bocina, para deleite de padres e hijos que por un segundo se ven embargados por una felicidad tan tonta como real.


Paralela a la vía, se extiende la calle Lezica. Entre Medrano y Gascón, esa cortada se convierte en un micromundo. A sólo dos cuadras de Rivadavia y Medrano, la intersección más caótica de Almagro “Centro”, la paz del pasaje la preserva una cápsula transparente, que no deja entrar los ruidos, ni los edificios, ni el humo de los colectivos, ni la histeria de los peatones. Sólo el galope metálico del tren invade sin permiso. Los moradores de ese submundo hablan bajito entre ellos cuando lavan el auto en la vereda, dicen que para no despertar a sus vecinos de la siesta. Pero además es porque en esas cuadras rige una dinámica propia, ajena al apuro de los que viven afuera. Es la sección más grande de Almagro “Oasis”. Hay otras dos, más pequeñas. Sobreviven porque los colectivos no las atraviesan y los oficinistas, que siempre están llegando tarde a algún lado, tampoco.


Todo Almagro tiene ochenta y tres manzanas, trescientas treinta y dos esquinas, diez hoteles alojamiento y cinco iglesias. La de la virgen Itatí cobra mil pesos por casamiento. La de Don Bosco pide tres mil quinientos por la bendición divina para las parejas. La Iglesia Universal del Reino de Dios no hace casamientos, pero todos los viernes reúne alrededor de mil personas para la misa de liberación, donde la gente cuenta cómo Dios curó sus enfermedades. Además, la iglesia tiene un equipo de seguridad asombroso, que se aposta a lo largo de todo el edificio (antes era el Mercado de Flores), para cuidar la propiedad privada de su Dios. La cuarta también es evangelista y se llama Millón de Almas. Ubicada en el ex cine Roca, es un poco más humilde: ofrece la redención divina bañando a sus seguidores en una Pelopincho de agua bendita. La última es la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, con uno de los edificios más tenebrosos y lúgubres de Almagro “Centro”.


Cuando el Mercado de Flores cerró, parecía que también era el fin de los puestos minoristas de sus alrededores. Pero lejos de eso, los locales crecieron. Gracias a ellos el barrio tiene su propia primavera todo el año. Sus principales clientes son los que visitan internados en el Hospital Italiano.

En el bar de esa pequeña ciudad comen mil médicos por día y tres mil pacientes.


Almagro Centro tiene once estaciones de servicio y una sola plaza. Una comisaría, pero siete centros culturales. Está Las Violetas, bar histórico y fino, pero también están Los Viciosos de Almagro, una de las mejores murgas de Capital Federal. Conviven la ORT, colegio privado exclusivo, con el bachiller popular del IMPA, fábrica recuperada por sus trabajadores. Está el club náutico de Hacoaj, y la fundación Arte Sin Techo. Hay siete secundarias públicas y diecisiete privadas.


Este barrio ubicado en el centro geográfico de Capital Federal, encabeza junto con Balvanera, San Telmo y la Boca la zona con mayor índice de edificaciones tomadas. Entre ellas está Gascón 123, con varias ordenes de desalojo encima. Hace veinticinco años que están instalados, pero nunca falta el informarte de la policía, como la señora rubia cincuentona que vive en Díaz Vélez y Gascón, que señala con dedo acusador a Los Pibes del Puente. Ellos mismos se denominan así. Tienen su esquina señalizada con un altar al Gauchito Gil, frente al edificio, aunque no todos viven ahí. Cuando la señora rubia y los vecinos duermen empiezan las disputas barriales. Los Pibes del Puente tienen una puja con los de otra casa tomada en Gascón y Perón. Estos últimos, más agresivos, son nuevos en el barrio. Los límites están bien marcados, hasta Díaz Vélez cada uno tiene su zona. Cuando alguno se pasa, es cuando empiezan las corridas y los gritos.


Los Pibes del Puente aseguran que la policía recluta a los de Perón para robar autos. En la Comisaría 9 dicen que no reciben casi denuncias por robos de autos, pero sí por arrebatos de celulares y carteras, afirman que “es una zona tranquila, no hay crímenes raros”. La policía, sólo la federal, está presente más que nada en el horario bancario. También están presentes los vidrios rotos de los autos en el cordón de la vereda, sobre todo por Gascón, pasando Díaz Vélez, frente al Hospital Italiano.


Por el costado de este hospital, nace la cortada King. Segunda sección de Almagro Oasis. Tiene sólo una cuadra, ningún árbol, y las casas son mucho menos pudientes que las de Lezica. A la vista de un transeúnte apurado no es más que una callecita de veredas angostas y desoladas. Durante el día, la remisería Rivadavia estaciona sus autos a lo largo de la calle, y algún que otro conocedor corta camino. Pero de noche, sin más visión para los mortales que lo que aportan los focos naranjas de sólo dos postes de luz, King cobra vida, pero, aparentemente, para otros seres. Los moradores de este oasis aseguran que cosas raras suceden. Que ven sombras, escuchan voces y cuando se asoman a la ventana no ven a nadie. Cuatro chicas que se refugiaron en su oscuridad para fumar marihuana por primera vez, afirman que ni bien se sentaron en el cordón para prender el cigarrillo, un viento las empujó de atrás. Era una noche de enero y no corría una brisa, sin embargo esa ráfaga fue lo suficientemente fuerte para hacerlas tambalear. Los vecinos de los alrededores nunca vieron nada raro, pero evitan ese lugar porque les da desconfianza. “Malas vibraciones”, le provoca a la moza del bar Demmy, a la vuelta del pasaje, caminar por King.


A una cuadra de la cortada, están los trapitos del Hospital Italiano. Al principio, los vecinos clase media los miraron con desconfianza. Hoy, les dejan las llaves para que les laven el auto. Otros trabajadores callejeros que ya se ganaron su espacio, pero todavía no la confianza de los vecinos, son los limpia vidrios de Medrano y Mitre. Casi siempre son cinco, pero uno destaca sobre el resto. Cuando sus compañeros se escapan a fumar algo a la plazoleta pegada a la vía, él se queda y sigue juntando monedas. Cuando corta el semáforo de Medrano corre hacia Mitre, cuando este corta corre hacia Medrano. No para casi nunca. A veces charla con el señor que atiende la florería. Antes vendía las flores en la esquina, y se quedaba toda la noche vendiendo porque no tenía dónde guardar su mercadería. Hace un año pudo alquilar un local a pocos metros. El limpia vidrios incansable cada dos o tres semáforos cuenta las monedas, y los demás le preguntan cuánto juntó, si ya se va. Solo interrumpe su tarea cuando sale la rubia de pechos operados que vive a lado de la florería. Saca a pasear a su pequeño perro por las mañanas. El señor de la florería dice que la vio actuar en una película pornográfica. Pero el misterio del limpia vidrios incansable no está resuelto. No tiene familia, ni hogar que lo espere, no hay aparentes motivos que lo hagan distinguir de entre sus compañeros. Sólo funciona a un combustible especial.


Las estaciones de servicio de Almagro Centro son el ojo que todo lo ve. Sus empleados podrían ser testigos de múltiples juicios o escribir novelas de no ficción. Saben si los maridos vuelven borrachos, si las esposas bajan de autos con vidrios polarizados, si los hijos fuman en la esquina. Saben si la vecina del sexto D se peleó con el novio, o si la de cuarto A no levantó la caca de su perro. Saben el quién, el cuando y el cómo. Pero esa información esta vedada para los mortales, sólo la comparten con los otros seres omnipresentes del barrio: los porteros de los edificios.


También pueden dividirse en dos grupos, como Almagro. Ambos saben todo, de todos. Pero su diferencia es sustancial, y radica en que unos hacen lo imposible para enterarse de más chismes, y a los otros no les importa en lo más mínimo, y hasta les irrita, la vida de los demás. Es el caso del encargado de un edificio en Palestina, entre Corrientes y Humahuaca. Él admite que sabe muchos secretos ajenos, pero porque no tiene opción. Es el que está presente las veinticuatro horas del día. Sabe sin querer, y ya le molesta. Y que como él, hay muchos, afirma. El encargado de un edificio en Diaz Velez y Acuña de Figueroa es uno de ellos. Odia que lo pongan en la misma bolsa que los demás porteros, porque dice que, encima, él ni siquiera desperdicia agua cuando limpia la vereda. A los del segundo grupo se los reconoce a la legua. Se juntan con el colega de al lado cuando limpian la vereda, y mientras dejan correr el agua como si no fuese potable, intercambian información. Siempre están ahí en el hall, con el cuello estirado mirando quién sale, quién entra.


En Almagro “Centro” también hay situaciones ocultas. Que se cuelan en la vida diaria del transeúnte hasta que se le convierte en naturales, en parte del paisaje. El habitante del centro tiene que hacer un doble esfuerzo para verlas, porque para él la calle no es más que un lugar de paso. Pero en Díaz Vélez al cuatro mil el paisaje cambió radicalmente durante el último mes y hasta los vecinos se dieron cuenta. De un día para el otro, los taxis dejaron de estacionar en la esquina con Acuña de Figueroa y se mudaron setenta metros para atrás, hacia Gascón. Radio taxi Buen Viaje tiene su sede sobre un estacionamiento que atiende un hombre llamado Nicomedes. A los clientes les dice que se llama Nicolás, pero a sus compañeros de vez en cuando se les escapa y lo llaman por su verdadero nombre. Nicomedes tiene la costumbre de abrir el capó de los autos para mirar el motor, cuando sus dueños le dejan la llave. Buen Viaje hace esperar las llamadas a sus taxistas enfrente de lo de Nicomedes, en el bar Los Amigos. Antes esperaban en el restaurante Lo De Mario, pero Mario los echó. Dice que fue porque había un hombre que no era taxista, que recaudaba el dinero de los viajes y de otras cosas. Afirma que ese hombre, además de ser barra brava de River, vende armas. “Ni una cosa, ni la otra”, asegura el de la gomería de al lado del estacionamiento. Cuenta que lo que sucedió, es que el hijo de Mario se junta en el bar del padre con sus amigos motoqueros, y cuando el bar se les llenó de taxistas pusieron el grito en el cielo, porque ellos eran los “dueños de esa esquina”.


A una cuadra esta la fábrica Felt Fort, instalada hace ochenta y cuatro años en el barrio. Micros y más micros de escuelas llegan todas las semanas para que los chicos conozcan la fábrica de fantasías, con las últimas tecnologías y sus instalaciones pulcras. Los empleados hacen cola al mediodía para empezar con sus turnos de trabajo, junto las coupés estacionadas de sus patrones. En la tierra de Ricky Fort los empleados denunciaron despidos injustificados y trabajo en negro. A cinco cuadras de distancia, está el polo opuesto: la fábrica de aluminio recuperada por sus trabajadores, el IMPA. Es una fábrica inmensa, con muy pocas zonas en funcionamiento, pero que los trabajadores logran llenar con cursos, un centro cultural, obras de teatro, el bachiller popular y la recién estrenada Universidad de los Trabajadores.


Sobre la calle Querandíes, paralela a vía, donde está en IMPA, se ubica el tercer sector de Almagro “Oasis”. Esta calle tiene solo tres cuadras. Luego cruza Río de Janeiro, cambia de nombre, y pasa a ser parte de Caballito. Pero mientras le pertenece a Almagro “Oasis”, la conforman una serie de características únicas. Tiene la fábrica, con su monótono y aliviador golpeteo seco, metálico, de las máquinas en funcionamiento. Cuando andan, quiere decir que hoy tampoco los van a desalojar. Los vecinos del sector están pendientes de escuchar la banda sonora del IMPA, para no salir corriendo a ver qué pasó. A Querandíes la corta Pringles, que termina en la vía, dejando sólo un puente peatonal para cruzar. Los adolescentes de la calle cruzan al otro lado para jugar a la pelota sin la supervisión de los adultos, y a los chiquitos no les queda otra opción que quedarse del lado vigilado de la vía. Pero en el pasaje Libres es cuando el oasis alcanza su esplendor. Las abuelas toman tereré en la vereda, los chicos ven pasar el tiempo abajo del árbol y la vida transcurre en la calle. Como si fuera un pueblo. Es esas tres veredas, hasta la transitada Yatay, el tiempo pasa más lento, no hay más ruidos que el metal del tren y la fábrica. Los gritos de los chicos jugando a pelota, las ruedas de un auto perdido en el empedrado, las vecinas charlando.


Almagro es centro, y es oasis, es caos y es chicos jugando a la pelota en la calle. Es riqueza y es pobreza. Almagro es contrastes.

viernes, 10 de febrero de 2012

Entrevista a Luis Mattini.

Retrato del verdadero militante


Callao y Corrientes. Cinco y media de la tarde. Lo busco entre la multitud. Estoy segura que lo voy a reconocer de lejos. Que un ex líder del PRT no puede mimetizarse tan fácilmente en el mundo de oficinistas sordos. Es más, creo que resaltará entre la gente instantáneamente, como un caballo blanco entre miles de cebras. No es posible que un hombre con tal historia se vea igual que un empleado gris. Pero no. No hay diferencia. Lo reconozco sólo cuando logro ver bien su cara y mi cabeza hace la inmediata comparación con la foto que había visto en internet. “Así que es éste”, pienso. Este hombre grandote, de anteojos y traje. El sí parece haberme reconocido desde lejos. Se acerca directamente a mi y me extiende la mano: “Buenas tardes, soy Luis Mattini”.


Caminamos dos cuadras hasta su departamento. Este señor de setenta años se agita al andar y arrastra los pies. Llegamos al edificio y me señala su balcón, con orgullo. Es el único que tiene plantas, ¡y cuántas!. “Las cuido yo”, aclara. Dice que varias veces le pidieron que las saque por si alguna maceta se cae y aplasta a alguien. “Eso no tiene sentido, aparte ni loco, son mis plantas”. Entramos al departamento de un ambiente, dividido por un separador de madera. Del otro lado está la cama y una pequeña mesa con la computadora. Me siento en un sillón individual pegado a un enorme escritorio de madera, mientras Mattini se saca la corbata. Las paredes que no cubren las dos enormes bibliotecas, están empapeladas por posters o fotos. Algunas en blanco y negro, otras en color. Cortazar me mira fijo desde un cuadro a lado de la puerta, como vigilándome. Atrás mío está la cocina, con un fernet Branca en la mesada. “Los de La Nación sacaron una nota que me dio vergüenza. Ya cuando tenia trece o catorce años jugábamos por la coca cola con fernet, y estos dicen que es una tendencia nueva”, se ríe Mattini. El ex militante y dirigente del Partido Revolucionario de los Trabajadores, y uno de los fundadores del Ejército Revolucionario del Pueblo, señala a los personajes congelados en las fotos: “Este es mi hijo menor, con mi mamá. Y este es mi hermano, también militante del PRT y desaparecido en la última dictadura”.


Su verdadero nombre es Arnold Kremer, aunque todos lo conocen como Luis Mattini, identidad que adoptó cuando entró al PRT en 1968. Nació en Zárate en una casa modesta, con padre y madre empleados de un frigorífico, del que vivía la mayor parte de la ciudad. Terminó la escuela primaria en Lima, el pueblo dentro del partido de Zárate que alberga la central atómica de Atucha. Como allí no había escuela secundaria estudió dibujo por correspondencia. A los trece años se mudó a la ciudad y entró a la Escuela de Aprendices Operarios de la Marina de Guerra. Ahí aprendió el oficio de herrero industrial. Pero desde mucho antes Arnold ya se parecía a Luis. “Tuve una infancia peronista, con todo lo bueno que eso tiene: todos los nenes teníamos juguetes. Pero en la escuela enseñaban religión, cosa que todo el mundo se olvida”. Casi como ya sabiendo esto, un día, en cuarto grado, se plantó frente a la maestra y le dijo que él no quería estudiar religión porque no creía. La maestra puso el grito en el cielo y llamó a sus padres, ateos, para hablar sobre la necesidad de que el futuro guerrillero tuviera una religión. Al poco tiempo tuvieron que volver, porque Arnold le replicó a la maestra, durante una clase sobre la Segunda Guerra Mundial, que no entendía por que hacía tanto escándalo con los alemanes, si en definitiva los que se habían metido con nosotros eran los ingleses. Mattini se mata de risa cuando recuerda esas anécdotas: “Siempre fui cuestionador, después mi papá me explicaba que había ciertas cosas que era mejor no discutir”. Su padre no se metía en política, en su casa no eran militantes. Pero sí hablaban mucho de cómo era Argentina cuando ellos eran jóvenes. Le contaban cómo habían sido explotados en el frigorífico cuando estaba en manos de los ingleses. Así que para Mattini fue como si hubiera vivido en carne propia la década de 1930.


Cuando tenía quince años se acercó a la biblioteca José Ingenieros: “Esa fue mi universidad”. Mattini no tiene ni siquiera título secundario, lo único que lo alegra es que Borges tampoco. Su padre lo motivó a contactarse con la biblioteca, ya que frecuentaba mucho el club Dorrego, donde se la pasaba jugando al billar. Ya de chico estaba acostumbrado a los libros: su papá le decía que como eran pobres no iba a poder viajar, entonces tenía que leer. Un día, casi de casualidad, agarró una biografía de Marx y Hengels. Mientras cuenta esto hace la mímica del momento: extiende hacia arriba las palmas de las manos, como si sostuviera el libro, y abre grande los ojos, cómo quien acaba de descubrir la respuesta a todas las preguntas. Cuando lo devuelve se encuentra con el alemán que le pregunta si había entendido lo que acababa de leer. Le responde que sí, con la pedantería de cualquier adolescente. “No, usted no entendió”, le contestó el alemán. Entonces le explicó lo que era el marxismo. Y así se convirtió en su maestro, por varios años más. Este hombre había sido del grupo espartaquista en Alemania, un movimiento revolucionario, cuya figura principal fue Rosa Luxemburgo, quien mantuvo en sus años de vida cierta posición crítica hacia la revolución bolchevique. Por eso de muy joven Mattini se hizo marxista, pero, según él, con la ventaja de que su maestro no provenía ni del estalinismo ni del troskismo.


Su primer contacto masivo con la política fue con la discusión nacional, la laica o la libre: “Yo me venía desde Zárate para armar lío acá en Buenos Aires, fue en lo primero que participe masivamente”. A los dieciocho años, ya bien nutrido gracias a su paso por la biblioteca y las charlas con el alemán, se acercó a Praxis, la agrupación fundada por Silvio Frondizi, a quien considera uno de los marxistas mejor formados de la Argentina. En ese momento se auto denominaban la “nueva izquierda”, ya que tenían como referente al Che Guevara, y en ese momento el estalinismo ruso, en Argentina el Partido Comunista, y el troskismo, negaban rotundamente su figura como referente serio de la Revolución. Praxis fue un organismo que, según Mattini, sirvió para la formación de muchos dirigentes políticos, entre ellos él, y de otra tanta gente, como por ejemplo Pepe Eliaschev. Praxis no pudo ir mucho más allá porque las condiciones no estaban dadas para un movimiento revolucionario, la acción política era de muy poca monta, y las consignas abstractas. En 1968, buscando otras experiencias, ya casado y con dos hijos, se suma al Partido Revolucionario del Pueblo, PRT, y deciden fundar un núcleo en Zárate y Varadero.


Hasta ese momento la militancia era algo extracurricular, primero estaba el estudio, el trabajo, la casa o cualquier otra actividad. Pero la propuesta del PRT eran tan concreta que chocó con la larga formación teórica que hasta ahora había sido para Mattini la militancia. Cuando el partido le dijo que las armas para llevar a cabo la Revolución las iba a proporcionar el enemigo, desde el policía de esquina hasta un cuartel militar, esclareció toda la parte práctica que todavía él no había contemplado. Entonces la vida se le dividió en dos mundos: el real, el de la militancia, y el superfluo, donde se disfrazaba de ciudadano común para ir a la fábrica y atender a los chicos.


Mattini trabajaba en la fábrica Dálmine, en Campana, y su mujer era maestra de grado. Él ganaba bastante bien, cuatro veces más que ella, y su posición era bastante cómoda. Cuando empieza la militancia fuerte le confiesa a su mujer que iba a dejar el trabajo para dedicarse en tiempo completo al partido. Pasaron a vivir con dos sueldos mínimos y la economía se les vino a bajo. Luis cuenta que al principio a su mujer no le gustó nada, pero que con el tiempo se acostumbró, aunque tal vez no tanto: hoy Mattini vive sólo. Los que sí le reprochan hasta el día de hoy aquella militancia a tiempo completo son sus hijos.


Otro choque práctico grande fue cuando, hablando de finanzas, se tocó la necesidad de asaltar bancos. Él, educado en la cultura obrera, con una gran moral de trabajo, se espantó ante la idea. Dejar de trabajar y asaltar bancos fueron lo dos quiebres que marcaron un cambio radical. Desde allí el centro de su vida pasó a ser la militancia.


Finalmente, contra las predicciones de su padre, viajó varias veces a Cuba. Luego del V Congreso, ya fundado el ERP, fue a entrenarse a Cuba. La primera vez estuvo ocho meses, su mujer quedó casi devastada por eso. Cuando pasó a ser encargado de la parte internacional del PRT viajaba a la isla socialista casi dos veces por año. Fue el miembro del partido que más conoció Cuba, hasta entrevistó a Fidel. Para viajar hasta allá pasaba primero por París, ya que no había controles grandes, y cambiaba su pasaporte por uno falso. De ahí volaba a Praga, luego a Moscú, y después a La Habana. Así pudo conocer el mundo. Pero venían los tiempos duros. Los más duros.


El 24 de marzo de 1976 cae el gobierno títere de Isabel Perón y pocas semanas de después, el 19 de julio, un grupo de tareas del Ejército mata a Mario Roberto Santucho en un departamento de Villa Martelli. Allí Mattini pasó a ser el primer dirigente del PRT y decide viajar a Cuba para pedir un entrenamiento militar y seguir con la lucha. Entonces, en ese momento dejó de ser Arnold Kremer en los papeles y adoptó la identidad de José Rubén Chelinni, por más que se lo conociese oralmente como Luis Mattini. Mientras hablaba de este pasaporte falso, se paró y sacó una pequeña caja de madera de la estantería. La colocó en su falda y empezó a revolver su contenido. “A ver, no me digas que no está lo que quiero mostrarte... será posible...¡Acá está!”, exclamó triunfante mientras sostenía en el aire un pasaporte viejo. Abrí la primera página y ahí estaba mirándome, un Mattini en blanco y negro, de treinta años, con rasgos angulosos y fuertes, bastante lindo. “Todos los datos son reales, Chelinni existe...”, me comenta, con un dejo de misterio en el tono y brillo en los ojos. Suele dejar sin terminar las frases, cuando entiende que su interlocutor comprendió lo que esta diciendo, pero esa vez lo hacía por un motivo distinto. Creo que se dio cuenta de mi emoción: tenía en mis manos un pasaporte falso, sólo concebible en las películas de Bruce Willis. Un pasaporte que había recorrido medio mundo planeando la Revolución. En ese momento sentí que todo que había leído en los libros, toda la entrevista hasta ese momento, se materializaba en ese librito lleno de sellos. Era casi una prueba, de que esa historia sí pasó y fue bien real. “Todos los sellos son reales, los falsos son los de renovación”, aclara cuando hojeo las páginas abarrotadas de entradas y salidas: Cuba, la Unión Soviética, Perú, México, Suecia. Se ríe cuando le pregunto cómo se hacía para obtener un pasaporte falso: “Esas son las cosas que nosotros sabíamos hacer, hacíamos mejores pasaportes que el registro civil”. Conseguían los documentos en blanco cuando asaltaban registros civiles, pero ese pasaporte era casi perfecto, lo acompañó casi diez años, durante casi todo su exilio. Rubén José Chelinni, con esos datos y ese número de identidad, era un señor que trabaja con él en Dálmine. Para averiguar todos los datos lo llamó de parte de Ejecutive S.A., una supuesta empresa que se dedicaba reclutar gente para corporaciones estadounidenses, cosa que era muy común en ese momento. Le preguntó si podía reunirse con su gente para llenar una serie de formularios para la empresa. Envió a un compañero, bien trajeado, en coche alquilado, para que fingiera ser un empleado de Ejecutive S.A., y averiguara todos los datos de su próxima identidad.


Ya con la dictadura pisándole los talones, con Santucho asesinado, y él como máximo dirigente del PRT, sale al exterior con la tarea de organizar la contraofensiva, todavía no hablaban de exilio. Cuando fracasan y se dan cuenta que es imposible reorganizarse y volver a la Argentina, ahí sí, se convierten en exiliados. Vivió en España, Italia y México. Recién en el '82 Mattini viaja a Suecia donde se convierte en asilado político. Allí le dan el pasaporte de las Naciones Unidas, que era válido para todos los países del mundo, menos para Argentina. “Me generó un sentimiento bastante extraño, era un apátrida”, explica Luis.


Pero ese status no se extiende demasiado en el tiempo, tras la derrota de Malvinas y una ascendente resistencia social, cae la dictadura en 1983. Luis regresa a la Argentina, ya en pleno alfonsinismo y con intenciones de construir un proyecto nuevo. Se dio cuenta que esto ya era imposible. Se acercó al Partido Comunista, que estaba en un proceso de autocrítica fuerte por su actitud dual ante la dictadura militar. Mattini se hizo cargo de la revista Ideología y Política. Tras la caída del muro de Berlín y el final abrupto del “socialismo real”, el partido se deshizo. “El PC volvió a hacer de la suyas”, recuerda Mattini. Así, se alejó nuevamente de la militancia.


En Suecia escribió “Hombres y Mujeres del PRT-ERP”, con el fin de reconstruir la historia del partido y poder analizar en qué habían fallado. Luego, ya en Argentina, escribió, entre los más conocidos, el “Encantamiento Político”, “Los Perros”, “Cartas Profanas” y “El Secreto de Lisboa”.


Luis no se detiene demasiado a enumerar su obra, de una extensión y calidad que muchos envidiarían, en cambio prefiere recordar un domingo de hace ya casi cinco años, cuando hojeando el diario -cree que fue el Página 12- encontró una nota a Camilo Blajaquis, el pibe chorro poeta. En la entrevista Camilo cuenta como la literatura le salvó la vida, y en la foto, tenía un ejemplar de “Los Perros” en las manos. Fue al instituto de menores donde estaba preso y pidió hablar con Camilo, que se sorprendió muchísimo con la visita. Él poeta no sabía que el más emocionado era, en realidad, el ex guerrillero. Mantuvieron el contacto hasta que Camilo salió en libertad, y el editor de los libros de Luis le propuso publicar su primer trabajo de poesía. Finalmente, el libro se publicó y Mattini le hizo el prólogo y lo presentó en la Feria del Libro. Así se convirtió en una especie de referente y guía para Camilo. “Mi miedo era que al salir, volviese a la villa y se convirtiese de vuelta en pibe chorro, o que siga un camino parecido al de Gatica y termine agrandado por la prensa que se le da a su caso”, explica Luis, y critica a ese pensamiento moralista del “si uno puede todos pueden”, que deposita la responsabilidad en el pibe chorro y no en los aparatos represivos y de servicios sociales del Estado.


Se acaba el agua en el termo, pero la charla se extiende un poco más. Cuenta que actualmente trabaja en la Defensoría del Pueblo de la Nación, donde se dedica a defender a las personas del abuso del Estado. Es el asesor del encargado de todos los derechos sociales que atiende la Defensoría. Entró hace once años, durante el gobierno de De la Rúa, antes trabaja en su propio taller de reparación de muebles.


Acostumbrado a hablar sobre su militancia, repite el mismo relato casi con exactitud en todas las entrevistas. Siempre aclara, antes de empezar: “Todo lo que diga puede ser usado en mi contra, total después puedo negar todo”. Mattini se ríe mucho. Aquella frase del Che parece materializarse en este hombre: “Hay que endurecerse sin perder la ternura jamás”.


Y Luis es un hombre tierno. Habla de sus emociones, sin vergüenza ni tapujos. Habla sobre la derrota. No el hecho en sí, no cuando el PRT decidió no volver del exilio. Se refiere al sentimiento dentro su cuerpo. Y dice que la verdadera derrota la siente ahora. “Me molesta mucho la cantidad de compañeros que ven que este es el único mundo posible, es como si nos hubieran derrotado la voluntad de las ideas”, confiesa Mattini, con una mueca de dolor. “Nos derrotaron la posibilidad de que el mundo pueda cambiar”. Dice que no se le puede exigir nada a este gobierno. “Nunca dijeron ser el Che Guevara”, aclara, pero tampoco ve que alguien pueda gobernar mejor. Le duele ver a sus antiguos compañeros de militancia engolosinados con un gobierno “nacional y popular”, cuando ellos luchaban por una Revolución internacional, llevada a cabo por la clase obrera.


Por un momento deja de lado la verborrea. Creo que tal vez hasta se le nubla la vista. Pero no. Me mira y casi como en una lección, me dice que derrota es cuando se pierden los sueños, cuando se pierde la rebeldía. Y él todavía sueña. Sueña, y un poco ya lo olfatea. Cuenta que percibe una cantidad grande de jóvenes que empiezan a pensar de otra manera, empiezan a rechazar al Estado como autoridad. “Claramente no son los militantes de la Cámpora”, aclara divertido. Vislumbra que se está empezando a abrir una época en que las cosas vuelven a cobrar sentido, en el que las luchas sociales encuentran el camino para llevarse a cabo. Luis Mattini sueña con que los chicos que ahora tienen veinte años, inventen algo. Y no se refiere a una guerrilla. Mientras describe ese proceso político, levanta los brazos y mirando hacia adelante, como si los viera, exclama: “¡Eu chicos!, déjenme ir con ustedes ¿no me hacen un lugar?”.


El IMPA desde adentro.

Un día en la vida de Gustavo.



Desactualizada, pero biografía al fin.

Autobiografía telefónica

Ana mira el reloj, las diez de la noche. Pone la bandeja con la cena en el horno. Sabe que en más o menos media hora llega Mariana, su hija, de estudiar.

-Qué tarde anda por la calle, una chica de veinte años sola... me da miedo que le pase algo- piensa, mientras mira la luna por la ventana de la cocina.

-Pero bueno -reflexiona, ahora en voz alta- otra no le queda, si a la mañana cursa en la UBA... qué carrera tan linda Historia. El año que viene va a tener que empezar a laburar: “hasta que termines TEA te bancamos”, dijimos... seguro se siente presionada.

El teléfono interrumpe sus pensamientos maternales. No le hace falta correr para atender, en su departamento todo está cerca.

-Hola, ¿está Mariana?.

-No, no se encuentra, ¿de parte de quién?.

-De Mauro, un compañero del Nacional 17, fuimos juntos al colegio, en Caballito, ¿se acuerda?.

-Ah, si, si, me acuerdo, ¿cómo estás Mauro?. Está en TEA ella ahora, estudia periodismo.

-Ahh... el otro día me la cruce en una marcha y estaba sacando fotos, quedamos en juntarnos.

-Claro, seguro estaba haciendo algo para la escuela de fotografía.

-Yo tengo ganas de empezar a estudiar foto. ¿En dónde estudia ella?.

-En ARGRA, la Asociación de Reporteros Gráficos, la carrera se llama fotoperiodismo.

-Le voy a preguntar cómo es la cosa ahí.

-Sí esta chocha ella, le encanta sacar fotos, seguro que te lo recomienda. Viste que su papá es periodista, parece que algo mamo de eso...

-Si me acuerdo, ella me contó de su papá, ¿sigue viviendo en Venezuela?.

-Claro, tiene un hijo allá, de un añito, una hermosura.

-¡Qué bueno! Debe estar re contenta Maru.

-¡Sii! esta feliz con su hermano, viaja dos veces por año mas o menos, y su papá también viene acá, así que se ven seguido. ¿Cómo anda tu mamá, Mauro?, hace mucho que no me la cruzo acá por Almagro.

-Mi mamá re bien, sigue ahí en el estudio jurídico. Me acuerdo que cuando Maru me acompañaba le preguntaba cosas, por que ella quería ser abogada antes.

-¡Cierto! No me acordaba. Ya en quinto año se decidió por periodismo, primero ella apuntaba cien por ciento a la fotografía, quería ser reportera gráfica y nada más, empezó TEA como un complemento de la foto de hecho, pero ahora descubrió otras cosas... ¿Conocés TEA vos?.

-Si, un amigo va a ahí...

-Claro, claro, entonces sabés lo que hacen... ella empezó ahí y ahora está virando un poco de rumbo viste, se quiere dedicar también a hacer radio, a escribir, por eso empezó historia en la UBA, para aprender contenido que TEA no da. No sabe bien a dónde irá a parar, pero la fotografía quedó en segundo plano, ve más viable empezar a laburar en otros espacios...

-¿Pero ella está en NOS digital no? Siempre me manda mails cuando la revista saca nuevos números...

-Si también, ahí hace fotos, esta muy entusiasmada con el proyecto. Lo hacen con varios pibes ahí de TEA. Está muy buena la revista...

-Si es buenisima, me gusta por que no se casan con nadie, le pegan un poco a todos, pero expresan su posición... eso es importante para mi, si intentás ocultarla das tu postura como objetiva, y no permitís que la gente tenga elementos para juzgar tu información.

-Sin duda, sin duda. Mauri, te dejo por que estoy haciendo la comida, carne al horno con papas, la preferida de tu amiga.

-Bueno Ana, un gusto volver a charlar con vos, espero verlas pronto.

-Gracias querido, suerte y saludos a la familia, chau chau.

Cuelga y va a dar vuelta las papas. Casi se queman. Escucha el ruido de las llaves abriendo la puerta. Llegó Mariana.